Lo amo todo, hasta mi auto

Creo que las mujeres nos relacionamos de una forma muy distinta a como lo hacen los hombres con sus autos. Para la mayoría de nosotras no sólo es un auto o una “bola de fierros”, es un elemento muy importante en nuestras vidas, tanto, que si por alguna razón se descompone o no circula o algo así, nos sentimos como si nos faltara algo, un pedazo muy importante de nuestra vida y nos sentimos incompletas.

La mayoría de nosotras (no todas) si buscamos el auto sin la asesoría de un hombre de cabeza fría, lo elegiremos el auto por el color, por el estéreo, por los interiores bonitos, porque tiene un espacio para nuestro café, un espacio para colocar los lentes de sol, y por todas esas “monadas” que tienen los autos y solo hasta al final revisaremos el costo del servicio anual, los frenos ABS o cualquier otra cosa tecnológica.

En vez de elegir con la cabeza, elegimos con el corazón (como lo hacemos con todo en la vida la mayoría de las veces). Mi papá me decía que el primer coche que me compré “solita” lo había elegido porque tenía el cambio de estaciones de radio en el volante… y creo que mi papá tenía un poco de razón porque, cuando vi eso, dije: ¡este es el bueno!

Nos enamoramos del auto: si lo vemos y nace el amor en nuestro corazón ya no voltearemos a ver a otro, aunque a lo mejor nos salga más caro o no nos convenga en muchos aspectos (como nos pasa con los hombres…); no siempre nos enamoramos de la mejor opción, pero al corazón no se le puede mandar.

De hecho los vemos como parte de nuestra familia o de nuestras relaciones más importantes, por ejemplo: yo a mi “cochecito” le puse un nombre, como es amarillo y es chiquito le puse el nombre de “Pollito”.

Tengo una amiga que es todavía más sofisticada que yo con el nombre que le puso a su coche, porque ella le puso “Caty” porque el coche es rojo con algunos detalles negros, ¡como una Catarina! Creo que eso sólo se nos ocurre a nosotras las mujeres.

Otro ejemplo de esto que les digo es que nosotras hablamos con nuestro coche, ¿o seré yo la única loca que hace esto?, no creo, porque he visto a varias amigas hacerlo. Por ejemplo, si voy a subir una calle de esas que son súper empinadas que las ves y tiemblas, le digo a mi “cochecito”: vamos Pollito tu puedes, no te me vayas a echar para atrás. O si de repente hay mucho tráfico y también es de subida que siento que le está costando trabajo, le sobo el tablero y le digo: anda “chiquito”, tu puedes. Lo bueno es que nunca me ha fallado o me ha dejado tirada, ¡porque sino mis palabras no serían tan cariñosas!

No todas las mujeres tienen una buena relación con su coche, algunas también le hablan feo o dicen que es una “carcacha” o algo así, creo que depende de la personalidad de cada una de nosotras y como nos relacionamos con los demás, y de esa misma forma, invariablemente, será como nos relacionamos con nuestro auto.

Mi hermana por ejemplo cree que su camioneta es una extensión de su clóset: trae zapatos de tacón por si tiene una junta o sandalias por si por si se cansa; puedes encontrar sacos, blusas y hasta vajillas de plástico que dejó dentro y se olvidó de que estaban ahí.

El coche también es un buen lugar para tener conversaciones lindas o serias, cuando vas con alguien que te gusta o que te agrada su conversación; no se si es porque están viendo ambos hacia el frente, pero las conversaciones en el auto algunas veces son mucho más sinceras o introspectivas que en otros lugares, acabas contándote cosas que a lo mejor en otro lado frente a frente no lo hubieras hecho. Me gusta tener conversaciones sinceras en el coche.

¿Y qué tal cuando a tu acompañante le gusta la misma música que a ti?, no hay nada más padre que ir con tus amigos en carretera cantando a todo pulmón las favoritas; aunque la mayoría de las veces somos un poco desafinados, en el coche se nos quita la pena y todos le echamos “ganitas”.

Para muchas de nosotras se vuelve también el coche en nuestro espacio sagrado, un lugar para que de vez en cuando darnos unos tiempos de soledad y tranquilidad sólo para nosotras. Yo por ejemplo cuando voy a salir a carretera sola preparo todo para tener una cita con mi coche y pasarla increíble: me llevo mi termo con café, preparo el “playlist” de carretera, lo lavo antes de salir y nos vamos juntos mi Pollito y yo a recorrer el camino; son momentos donde estoy sola con el paisaje, mi coche, mi música, y con ver el sol y las nubes me siento feliz.

En conclusión, la mayoría de las mujeres nos enamoramos de lo que nos rodea, nos relacionamos con amor con cada persona o cosa que se cruce en nuestro camino.

Aprovechando que hoy es día del amor y la amistad: deseo que todas las personas y seres que se crucen en tu camino se vean bendecidos con tu amor, y que todas tus relaciones estén llenas de amor, ¡hasta la relación que tienes con tu coche!

Autora: Tania Dulché
Ciudad de México

*Imágenes: Freepik.com /iStock vía Web.

 

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