Historias de mujeres al volante: como aprendí a manejar

El manejar es una actividad que hoy día muchas mujeres llevamos a cabo casi sin mayor problema, y de hecho algunas de nosotras solemos ser más responsables y cuidadosas cuando manejamos.

De acuerdo con datos publicados por FIAT México para su campaña #ManejaComoMujer, nosotras obtenemos 30% menos multas por exceso de velocidad; solo 1 de cada 10 detenidos por manejar alcoholizados son mujeres; e incluso hablamos menos por el celular. Como sea, toda historia tiene un principio, y aquí les platico la mía:

Cuando tomé el volante por primera vez tenía 17 años, recuerdo que mi amigo Fer me enseñó un poco. Pero como no tenía carro, ni tenía la necesidad de manejar, no practiqué nunca.

Fui un poco consentida y mis papás me llevaban a todos lados, mi mamá decía que prefería ser nuestra chofer a que nosotras manejáramos. Como que en el fondo pensaba que si manejábamos nos íbamos a “salir del redil” y no nos iba a poder controlar tanto.

Pero la verdad, para mi era muy cómodo que me llevaran, por lo que tampoco nunca aprendí a andar en transporte público: si mis papás me llevaban ¡pues yo feliz!

A las 22 años ya estando yo casada, traté de aprender a manejar y juro que hasta clases de manejo tomé, pero el instructor de manejo como que quería ligarme y no más nos la pasábamos “chacotenado” y no aprendí muy bien a manejar en estándar… ok, más bien no aprendí nada. ¡Nunca logré pasar de la primera velocidad, era muy triste!

Esto me pasaba siempre: estaba en el coche, el semáforo en rojo, se ponía verde, podía avanzar, metía primera, quitaba freno, metía clutch, y el coche solo se sangoloteaba y no lograba avanzar nada. Volvía a intentar y pasaba lo mismo de nuevo, medio lograba avanzar ¡y ya estaba otra vez el semáforo en rojo! ¡No lograba pasar de primera! Varias personas me enseñaron y nunca lo logré.

Hasta que tuve mi primer coche automático, ya estaba bastante “grandecita” tenía 25 años, y aunque la verdad me daba miedito (creo que mientras más grande aprendes a manejar más miedo da), lo hice sin ningún problema.

Entré a trabajar hasta Bosques de las Lomas y me quedaba muy lejos, por lo que manejar era la opción más adecuada para mi. Y la verdad, mi filosofía es: si hay autos automáticos ¿para que sufrir manejando un estándar? Y así de fácil con el coche automático lo logré súper rápido y haciéndolo muy bien.

En toda mi vida solo he chocado una vez, y es porque era muy novata en el tema, apenas llevaba como dos meses manejando y choqué debajo de mi casa, y ya ven que dicen que los accidentes ocurren cerca de la casa, porque uno se confía y baja la guardia; le calculé mal y manejé hacia el frente mientras volteaba al otro lado a ver si venía un coche, algo que no he vuelto a hacer, me tengo prohibido avanzar al frente si no estoy mirando hacia delante. Pero en el choque, me fue muy bien, el señor se bajó muy amable, y aunque si le había abollado la puerta de su coche, me dijo muy calmado: ¿estás bien?, le contesté que sí, le hablamos a mi seguro y no pasó nada, nos fuimos muy tranquilos y felices.

La verdad creo que manejo bien porque soy muy cautelosa, he manejado en carretera en distancias considerables, he llegado hasta San Miguel de Allende, Acapulco, Cuernavaca, Querétaro, Malinalco, Puebla, entre otros lugares. Y aunque no es mi hit manejar, me gusta ser ahora más independiente e ir a dónde quiero cuándo quiero, sin depender de nadie, creo que eso es lo que nos dan los autos, la libertad de decidir hacia dónde queremos ir, con quién queremos ir y cómo queremos hacerlo.

Ahora voy a dónde quiero sin depender de nadie y eso me hace sentir bien, aunque también disfruto mucho cuando me llevan, no está mal dejarse consentir de vez en cuando.

¿Y tú? Cuéntame, ¿cómo aprendiste a manejar? Escríbeme a contacto@traccionfemenina.com

Ciudad de México
Fotografías: vía Freepik.
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