Con más de 75 años de historia este sedán de lujo da un gran salto pues inicia su transición del motor a combustión a la propulsión eléctrica; de la mano de una nueva arquitectura electrónica que permite una experiencia completamente digital.
En términos estéticos a lo largo de la carrocería resaltan las proporciones clásicas y líneas de carácter especial, al frente una superficie negra en forma de panel conecta la parrilla del radiador con los faros. Este detalle nos remonta visualmente a los modelos Mercedes-EQ.
Para este nuevo modelo incorpora de serie faros LED High Performance. En la parte posterior encontramos luces LED en dos partes con un nuevo contorno y un diseño especial: la óptica de estrella en ambas partes de la luminaria ofrece una imagen para el día y la noche.
Dentro del habitáculo encontramos materiales reciclables como en los asientos, además destaca la MBUX Superscreen, el cuadro de instrumentos da forma a la experiencia digital en el interior.
Crece en proporciones al tener dos centímetros más en distancia entre ejes, el espacio para las rodillas y piernas aumentan diez y 17 milímetros respectivamente. El aumento de la anchura de los codos en la parte trasera es aún mayor: 1.519 milímetros es la medida. Esto supone un aumento de 25 milímetros, casi al nivel de la Clase S. El volumen de carga es de hasta 540 litros.
En cuanto a motorización se ofrecerá en tres modelos híbridos enchufables de cuarta generación con una potencia de propulsión eléctrica de 95 kW (129 CV) y una autonomía puramente eléctrica de hasta más de 100 kilómetros (WLTP).
Por el momento este sedán llegará a Europa en el otoño de este año.