Una tarde de diversión fue la que se vivió este jueves en la Casa de la Amistad para niños con cáncer A.C., gracias a un evento organizado por la automotriz KIA Motors México como parte de su compromiso de responsabilidad social.
Y como estamos a un poco más de un mes de que comience la Copa Mundial de Futbol a celebrarse en Rusia, el tema no podía ser otro, además que se trata del deporte con mayor arraigo entre los mexicanos.
Los pequeños que estuvieron presentes tuvieron la oportunidad de jugar futbolito, decorar mini balones y gorras alusivas a esta fiesta futbolística. En todo momento contaron con la compañía de sus mamás quienes junto con ellos pasaron un grato momento con sus niños.
Nunca deja de sorprender la capacidad de asombro y la imaginación del ser humano a temprana edad y en esta ocasión no fue la excepción, sobre todo de los más chiquitos, pues son una facilidad elegían calcomanías, decorados y colores para dar forma a lo que su imaginación les dictaba.
Ser partícipe de este tipo de convivencia es una oportunidad para conocer de cerca el trabajo de las personas que dan lo mejor de ellas para quienes más lo necesitan como es el caso de los niños que padecen esta enfermedad tan temida como difícil de tratar.
Aquí conocimos a pequeñitas como Ximena que a sus escasos cuatro años tiene que enfrentar este mal seguramente sin estar consciente de ello y eso tal vez se vuelve su mayor aliado pues a pesar de lo que sufra, ella sigue con su vida como si nada. Juega, se divierte, como muchos niños a su edad ya quiere hacer las cosas por sí misma, no quiere que nadie le ayude. Su mamá está siempre ahí, a su lado, sin perder el entusiasmo, mismo que debe contagiar a su hija.
También es el caso de Víctor y Juvencio, que se tomaron su tiempo para adornar su balón con los colores que más les gusta y ponerles sus nombres. Algunos de sus compañeros estaban más callados que otros, pero porque estaban muy concentrados en terminar.
Pero no solo los niños pintaban y decoraban, también había mamás haciendo lo mismo, ¿la razón? Sus hijos no podían bajar porque estaban recibiendo quimioterapia, como es el caso de Alejandro, que ya no es un pequeño, sino un joven de 18 años recién cumplidos en abril pasado y que hace un poco más de un año se enteró que padecía un tipo de cáncer que solo afecta a personas mayores de 60 años y por lo mismo fue lenta su detección.
Él viene desde Chiapas, donde vive, porque aquí encontró los medios para que pudieran atenderlo satisfactoriamente, algo que en su estado natal no existe desgraciadamente.
Y es cierto que el cáncer le cambia la vida a quien lo padece y claro que no respeta edades, tal y como sucedió con Alex, sin embargo, no se detiene y sus ganas de seguir adelante son más grandes. Él es músico, toca el fagot y quiere dedicarse a eso, la enfermedad no importa, es solo un obstáculo inesperado, pero está seguro que logrará cumplir su sueño.
No es una situación fácil como platica su mamá, pero aún en situaciones como la que están viviendo, han encontrado la bondad de sus semejantes, fue así como halló al médico que los canalizó a Ciudad de México para que recibiera el tratamiento y atención adecuados, conoció la labor de Casa de la Amistad, donde se hospedan cada vez que vienen para su sesión de quimioterapia.
Por eso son tan valiosas este tipo de actividades que en este caso KIA les brinda a todos ellos, principalmente los pequeños, pues se trata de un espacio para renovar ánimos, pensar en otras cosas y para los niños, darles la oportunidad para hacer lo que mejor saben hacer y más les gusta: jugar y viajar con su imaginación.